Estas dos
figuras humanas han sido realizadas por dos jóvenes con perfiles muy diferentes.
Una de ellas ha sido dibujada por un niño de 8 años y la otra por una niña de 14
años . Sin más datos, podemos pensar que la figura de la de la izquierda es la
que corresponde al niño de 8 años dado que su ejecución es más pobre, mientras
que la figura de la derecha correspondería a la niña de 14. No obstante, es
justo al revés.
Lo importante, pero, es que cada una de las figuras nos abre
un mundo de hipótesis. Cada una de ellas, a su forma, nos habla y transmite
información.
En esta página, intentaremos descifrar algunas de las claves
que esconde el D.F.H.
1- Introducción
El dibujo de la Figura Humana pertenece al conjunto de las denominadas
técnicas proyectivas en las que la persona no tan sólo se limita a efectuar un
simple dibujo sino que se espera que plasme de forma indirecta, la esencia de su
propia personalidad.
También podemos hipotetizar, según los elementos y
características del dibujo, acerca de sus capacidades y competencias cognitivas
e intelectuales.
Sin duda, junto con el
Test de la Familia, la
Casa y el del
Árbol, el de la Figura Humana es uno de
lo más conocidos y utilizados.
Varias son las aproximaciones teóricas
que han intentado sistematizar la prueba. Las más importantes son:
1- “El
Dibujo de la Figura Humana en los niños” de Elisabeth Münsterberg Koppitz
(Editorial Guadalupe).2- “La Figura Humana” de Karen
Machover.
3- “Test de Goodenough”
En esta página vamos a
desarrollar principalmente el primero de ellos dado que consideramos que es uno
de los que cuenta con mayor soporte experimental y aporta datos tanto del
desarrollo evolutivo en el que se encuentra el niño como de su estado
emocional.
2- El Dibujo de la Figura Humana según
E.M.Koppitz
a) Datos iniciales
Según la autora, este test puede aplicarse de forma colectiva o a nivel
individual, si bien, se reconoce la ventaja de efectuarlo individualmente ya que
permite la observación directa del niño durante la ejecución del dibujo y
aportarnos información adicional.
La prueba se ha baremado para niños de
entre 5 y 12 años, pudiéndose obtener, a partir de su análisis, un nivel
general de madurez mental (CI), así como posibles indicadores emocionales.
Los resultados del CI obtenidos mediante esta prueba correlacionan,
según afirman sus autores, con las pruebas WISC entre un 0,60 y 0,80 (según
subtest) y si bien no pueden sustituir a éstas, sí que pueden ser útiles a la
hora de discriminar a niños con posibles deficiencias (screening) y, por
tanto, susceptibles de evaluar con mayor detalle.
b) Sus bases: ítems esperados y
excepcionales
Para poder asumir una puntuación objetiva, la autora efectuó un análisis
pormenorizado de las características de los dibujos de la figura humana
estudiando la presencia de diferentes elementos según la edad y sexo del niño en
una muestra de 1.856 sujetos.
Para ello diseccionó la figura humana en
sus diferentes elementos, en total 30 (cabeza, ojos, nariz, piernas, brazos,
etc...). A estos elementos los denominó ítems evolutivos. Se trata (en
palabras de la autora) de ítems que se dan sólo en relativamente pocos DFH de
niños ubicados en un nivel de edad menor, y que luego aumenta en frecuencia de
ocurrencia a medida que aumenta la edad de los niños hasta convertirse en una
característica regular de muchos o de la mayoría de los DFH de un nivel de edad
dado.
Estos ítems evolutivos se podían clasificar, dentro de cada grupo
de edad, en lo que la autora denominó ítems esperados, comunes, bastante
comunes y excepcionales.
Los ítems esperados son aquellos
elementos que aparecen en un porcentaje entre el 80 y 90% aproximadamente de la
muestra y, por tanto, son ítems que están consolidados a cierta edad. Su
ausencia puede indicar retraso madurativo.
Los items comunes y bastante
comunes tienen una probabilidad de aparición media (entre 20 y 80%
aproximadamente) y, finalmente, los ítems excepcionales comprenden a
aquellos de muy baja presencia a una determinada edad (normalmente inferior al
15% de la muestra).
Por ejemplo, en el grupo de niños de 5 años los ojos
aparecen en un 98% de la muestra (ítem esperado), mientras que las pupilas de
los ojos sólo lo hacen en el 11% de la misma (ítem excepcional).
Describiendo los distintos ítems esperados y excepcionales a través de cada
edad y teniendo en cuenta si se trata de un niño o una niña, la autora consiguió
crear una tabla de puntuación objetiva que podía aportar datos bastante fiables
acerca de la maduración cognitiva del niño (C.I.) e incluso detectar posibles
problemas emocionales.
c) Aplicación e instrucciones
Se sienta al niño frente a una mesa o escritorio vacío y se le presenta una
hoja de papel en blanco con un lápiz del nº 2. Luego el evaluador le dice al
niño: “Quiero que en esta hoja me dibujes una persona ENTERA. Puede ser
cualquier clase de persona que quieras dibujar, siempre que sea una persona
completa y no una caricatura o una figura hecha con palos o rallas.”
Con estas últimas instrucciones lo que se pretende es evitar es que,
en especial los niños mayores o más inteligentes, dibujen dibujos estereotipados
a algunos de sus héroes televisivos o de ficción.
-No hay tiempo
límite para esta prueba. Por lo general no dura más de 10 minutos.
-El
niño es libre de borrar, rectificar o cambiar su dibujo durante la
ejecución.
La autora, además, sugiere a partir de su larga experiencia,
tres principios básicos a tener en cuenta a la hora de analizar el DFH de
niños dentro del rango de edad de 5 a 12 años:
1º) COMO
dibuja la figura, sin tener en cuenta a quien dibuja, refleja el concepto que el
niño tiene de sí.
La manera en que el dibujo está hecho y los signos y
símbolos empleados, revelan el retrato interior del niño y muestran su actitud
hacia sí mismo.
2º) A QUIEN dibuja, es a la persona de
mayor interés e importancia para el niño en el momento de realizar el dibujo.
En la mayoría de casos, los niños se dibujarán a sí mismos, pues
obviamente nadie es de mayor importancia para un niño que él mismo. Normalmente,
cuando esto sucede, suelen hacerlo de forma bastante realista, no obstante, en
ocasiones, algunos niños están tan descontentos consigo mismo que distorsionan
las imagenes hasta el punto que guarda poca similitud con su apariencia
real.
En ocasiones pueden dibujar personas con las que están en conflicto o
sencillamente elegir otras personas antes que él mismo lo que puede indicar
cierta desvalorización o poca autoestima.
3º) LO QUE el
niño está diciendo en su DFH puede presentar dos aspectos; ser una expresión de
sus actitudes y conflictos, o ser un deseo, o ambas cosas a la
vez.
-Si un niño describe la persona que dibujó, entonces la
descripción se refiere a la persona dibujada; es decir, si se dibujó a sí mismo,
la historia se refiere a él.
-Si un niño cuenta una historia espontánea sobre
su DFH, entonces el contenido de la historia representa un deseo.
Señalar
finalmente que Koppitz, a diferencia de otros autores, no interpreta el plano
gráfico, rasgos del trazo o ubicación espacial del dibujo (centrado,
superior...).
d) Sistema de puntuación
Para efectuar la puntuación del Test de la Figura Humana, según la norma
Koppitz, hay que utilizar la tabla que se adjunta a continuación
(pulsar
sobre tabla para abrir como hoja de cálculo en excel [39 KB] .
También disponible en word [85 KB]
).En esta
tabla se detallan los
ítems esperados (casillas en blanco) y
excepcionales (casillas en verde) para cada edad y sexo.
Hay que
seguir las instrucciones que se acompañan en el lateral de la tabla. La hoja
ofrece el resultado final de la puntuación. Sólo hay que introducir la
puntuación correspondiente en cada ítem (-1, 0, o +1), ver el total y confrontar
con la tabla de resultados.
Instrucciones generales de
puntuación:
Los ítems esperados si están presentes no puntúan
(puntuación = 0), en caso de no presentarse se puntúa con –1 punto. Por su parte
los ítems excepcionales sólo se puntúan si están presentes con + 1. Si están
ausentes no reciben puntuación ni positiva ni negativa.
Hay que sumar a
las dos puntuaciones (esperados + excepcionales) la cantidad de 5. Esto se lleva
a cabo para evitar puntuaciones negativas.
Finalmente se contrasta la
puntuación total obtenida con la tabla siguiente para determinar el nivel de
maduración mental y obtener el C.I.
0 a 1 |
Mentalmente retardado (o graves
problemas emocionales) |
2 |
Límite- Borderline (60-80)
|
3 |
Normal bajo (70-90) |
4 |
Normal bajo a Normal (80-110)
|
5 |
Normal a normal-alto (85-120)
|
6 |
Normal a superior (90-130)
|
7 u 8 |
Normal alto a superior
(>110) |
3- Indicadores emocionales del DFH.
a) Indicadores Generales:
Hace referencia a una
dificultad manifiesta en agrupar debidamente las diferentes partes del dibujo.
El dibujo tiene uno o más elementos separados (no se unen al resto del dibujo).
Es un factor muy presente en los niños más pequeños o inmaduros. No tiene
validez antes de los 7 años en niños y en 6 en niñas. A partir de esta edad el
indicador se da en pacientes clínicos, agresivos y, en general alumnos con
problemas. No aparece en alumnos bien adaptados o con buen rendimiento
académico. Es, por tanto, un indicador de inmadurez (en especial en niños
mayores), pobre coordinación e impulsividad. |
Según diferentes expertos se
trata de un indicador de ansiedad y angustia. El grado de sombreado
correlacionaría con la intensidad de la angustia del niño. No obstante, el
sombreado, es habitual en niños pequeños y en esta población no sería indicador
de problema psicopatológico. |
Sombreado de cara. Es
bastante inusual en cualquier nivel de edad, por tanto, es un indicador
emocional válido para todos los niños entre 5 y 12 años cuando aparece en el
dibujo. En el caso de que el sombreado es muy denso hasta el punto de que cubre
los rasgos faciales se asocia a niños con problemas de conducta, agresividad o
seriamente perturbados. Cuando el sombreado es parcial (afecta sólo a una parte
de la cara) parece reflejar ansiedades específicas referidas a los elementos que
han sido sombreados o a sus funciones. |
Sombreado del cuerpo y/o
extremidades. Es común en las niñas hasta los 7 años y en los varones hasta
los 8. No es un indicador válido hasto los 8 o 9 años respectivamente. El
sombreado del cuerpo indicaría ansiedad por el mismo. Áreas de preocupación por
alguna actividad real o fantaseada, pero no es posible diferenciar la causa
(brazos: robar, agresividad, masturbación. Piernas: por el crecimiento físico,
la talla, la sexualidad). |
Sombreado de las manos y/o
cuello. No es válido antes de los 8 años en varones y de 7 en niñas.
Preocupación por alguna actividad real o fantaseada con las manos. Problemas
emocionales, timidez o agresividad, robo. Respecto al cuello: esfuerzos
por controlar sus impulsos, alternancia de conductas impulsivas y de
retraimiento. |
Muy presente en niños
agresivos, sujetos con lesión cerebral, alumnos de educación especial. No
presente en buenos alumnos o en niños tímidos. En algunos casos puede deberse a
torpeza motriz, escasa coordinación viso-motora o a una lateralidad contrariada
o cruzada. |
Su presencia es
significativamente superior en población clínica, alumnos de educación especial
o con problemas de aprendizaje diversos frente a alumnos bien adaptados. Se da
tanto en niños tímidos como en aquellos que presentan conductas disruptivas. Por
tanto, esta característica no es buen discriminador entre el grupo de tímidos y
el de conductuales. Se supone que es más bien un indicador de inestabilidad y
falta de equilibrio general. En los dibujos infantiles se asocia a sistema
nervioso inestable y personalidad lábil. |
Se manifiesta con mayor
frecuencia en población clínica, niños de educación especial y en los niños
tímidos (internalizantes) en población general. Es muy rara esta
característica en niños agresivos, violentos, con problemas de
conducta (externalizantes). Se trata de un buen indicador emocional que
expresa inseguridad, retraimiento, en ocasiones, también depresión. En general,
las figuras pequeñas, son muestra de inadecuación, yo inhibido y preocupación
por las relaciones con el ambiente exterior (según algunos autores como
Machover). |
Se considera grande una figura
de tamaño superior a 23 cms. Ocurre frecuentemente en niños pequeños. No
adquiere significación clínica hasta los 8 años (en ambos sexos). Las figuras
grandes, contrariamente a las pequeñas expuestas anteriormente, se asocian con
conductas expansivas, de tipo impulsivo, con poco autocontrol, también
inmadurez. En niños mayores e incluso adultos puede ser un rasgo de narcisismo e
ideaciones paranoides. |
En los estudios de la autora se
detectaron dos tipos de transparencias. Un primer tipo era efectuado por algunos
niños siguiendo el patrón de dibujar primero un esquema básico de la persona (a
forma de esqueleto) para irlo después vistiendo. Un segundo grupo, dibujaba
normalmente la figura pero después se concentraban en una parte concreta para
efectuar la transparencia (por ejemplo dibujar el estomago, órganos sexuales u
otros). Este segundo tipo de transparencia es similar al sombreado. Indica
ansiedad y preocupación por la región particular del cuerpo revelada por la
transparencia. Por lo general, las transparencias aparecen con mayor frecuencia
en población patológica que en población general. Es igualmente más frecuente en
niños con inmadurez, impulsividad y conductas disruptivas que en niños tímidos o
con dolencias psicosomáticas. De todas formas la autora afirma categóricamente
que las transparencias de áreas corporales específicas no son normales en los
DFH de los niños en edad escolar. Generalmente indican angustia, conflicto o
miedo agudo, por lo común con respecto a lo sexual, el nacimiento o mutilación
corporal. Muchos de los niños que pintan estas transparencias están de hecho
solicitándonos información que los tranquilice respecto a sus impulsos o
experiencias. |
b) Indicadores específicos
Parece estar más presente en
población clínica que en la general. La autora lo relaciona con sentimientos
intensos de inadecuación intelectual, no compartiendo la explicación (al menos
en niños) de Machover respecto a ser un indicador de tendencias
obsesivo-compulsivas que pretenden ignorar el control de su cerebro. |
Se manifestarían con mayor
frecuencia en niños con hostilidad hacia los demás y el dibujo se interpretaría
como reflejo de ira y rebeldía. |
Esta característica se
encuentra en todos los grupos a excepción del tímido. Pese a que no puede
considerarse un signo de psicopatología serio, sí está bien definido que su
presencia está mayoritariamente extendida en el grupo de niños manifiestamente
agresivos. De todas formas, la presencia de dientes, por sí sólo, en el
protocolo, no puede considerarse como síntoma inequívoco de perturbación
emocional y ésta posibilidad deberá valorarse conjuntamente con la presencia de
otros indicadores en el dibujo. |
Este indicador refleja
básicamente una tendencia al retraimiento con dificultades para abrirse al
exterior y con las otras personas. Aunque aparecieron con mayor frecuencia en
población clínica, está presente también en niños adaptados pero con problemas
de retraimiento, encerrase en sí mismo o inhibición de impulsos. |
Se dan con mayor frecuencia en
niños manifiestamente agresivos que en niños bien adaptados. No se da en niños
tímidos. Por tanto, este indicador se asocia a una relación agresiva con el
entorno. Otra conclusión es que los brazos largos en el DFH están asociados con
la conexión de los demás en contraste con la tendencia al retraimiento que
revelan los brazos cortos. |
Parece que los brazos pegados
al cuerpo reflejan un control interno bastante rígido y una dificultad de
conectarse con los demás (ver figura 2). Tendencia a la reserva
o introversión. En pacientas adultos podría estar relacionado con pacientes
paranoides o esquizofrénicos y la necesidad de defensa ante los ataques del
ambiente externo. |
Las manos grandes, según
estudio de la autora, se encontró con mayor frecuencia en niños del ámbito de
las necesidades educativas especiales y en aquellos que se mostraban
abiertamente agresivos. Ningún niño tímido había pintado las manos grandes.
Otros estudios revelan conducta compensadora de sentimientos de inadecuación,
insuficiencia manipuladora y/o dificultad para establecer contacto con otros.
|
Más frecuente en población
clínica, lesionados cerebrales y alumnos de educación especial. También se da
una mayor frecuencia en niños tímidos respecto a los agresivos. En consecuencia,
parece que este signo refleja sentimientos de inadecuación o de culpa por no
poder actuar correctamente o incapacidad para hacerlo. |
Se encontró más frecuentemente
en población clínica y en niños con afecciones psicosomáticas. Un estudio de
este indicador emocional concluyó que puede interpretarse como un signo de
tensión en el niño, y un rígido intento por parte del mismo de controlar sus
propios impulsos sexuales o su temor de sufrir un ataque de este tipo. Algunas
niñas abusadas presentaban en sus dibujos esta característica. En figuras de
adultos, las piernas cerradas, se asocian a rigidez, control frágil y rechazo de
la aproximación sexual de otros. |
El dibujo de monstruos o
figuras grotescas no parece estar asociado con ningún tipo de conducta
específico, sino que más bien refleja sentimientos de intensa inadecuación, y un
muy pobre concepto de sí mismo. Los niños que dibujan payasos o vagabundos
pueden autoconsiderarse como individuos ridículos de los que los demás se rien
no siendo aceptados por los otros. A pesar de que la aparición de estas figuras
puede explicarse parcialmente por vivencias recientes del niño (visitar un
circo) se hipotetiza que el niño decide representar precisamente aquellas
relacionadas con temas que le preocupan. |
El dibujo espontáneo de tres o
más figuras se dieron significativamente más a menudo en los dibujos de
estudiantes de bajo rendimiento y en niños con necesidades educativas especiales
que en población general. |
Mayoritariamente aparecieron en
dibujos de pacientes clínicos y en alumnos escasamente adaptados. Las nubes se
encontraron especialmente en niños muy ansiosos y con dolencias psicosomáticas.
En ningún caso se encontró en niños agresivos. Parece ser que las nubes son
pintadas por niños que no se atreven a pegar a otros y que en cambio dirigen la
agresión en contra de sí mismos. |
c) Indicadores por omisión elementos
corporales:
Las conclusiones apuntan a que
este indicador se asocia a conducta tímida y retraida con ausencia de
agresividad manifiesta. También con escaso interés social. |
La omisión de este rasgo es
siempre clínicamente significativa. Refleja sentimientos de angustia,
inseguridad y retraimiento, inclusive resistencia pasiva. Este indicador
emocional revela o la incapacidad del sujeto o su rechazo a comunicarse con los
demás. Los historiales de los niños que omitieron la boca mostraron una alta
incidencia de miedo, angustia, perfeccionismo y depresión. |
Se da más frecuentemente en
alumnos con necesidades educativas especiales, problemas de aprendizaje o
lesionados cerebrales. La omisión del cuerpo es habitual en los niños más
pequeños (ver dibujo
infantil), no obstante puede ser un signo de la presencia de psicopatología
en la etapa escolar. Se hipotetiza, en este último caso, que pueden darse
factores de inmadurez, retraso o daño neurológico, pero también pueden darse por
perturbación emocional. |
La omisión de los brazos
refleja ansiedad y culpa por conductas sociales inaceptables que implican los
brazos o las manos. Otros estudios (Machover y Levy) lo asocian a depresión y
retracción de la gente y del mundo de los objetos. Este último hallazgo no fue
confirmado por el estudio de Koppitz. |
Su ausencia es extremadamente
rara incluso en niños pequeños. Se trata de uno de los primeros elementos que
reproduce el niño ya en la etapa preescolar. Tienden a aparecer en la secuencia
evolutiva del dibujo después de la cabeza y los ojos, aún antes de que empiece a
dibujar el cuerpo y los brazos. Por tanto, su ausencia, no sería nunca
accidental sino que podría indicar conflicto en esta área o un trastorno
emocional con intensa angustia e inseguridad. |
Este indicador no es
significativo hasta los 7 años en las niñas y 9 en los varones. Parece, según el
estudio, que no está asociado con ningún tipo específico de conducta o síntoma.
No obstante, sí parece reflejar un sentimiento general de inseguridad y
desvalimiento. |
No válido hasta los 9 años para
niñas y 10 para los varones. A partir de esa edad, se dio significativamente más
a menudo en los dibujos de pacientes clínicos, lesionados cerebrales y niños con
conductas disruptivas. Ninguno de los niños bien adaptados ni los que tenían
enfermedades psicosomáticas omitieron este rasgo en la figura humana.
|
d) Otros indicadores emocionales no
validados
Parece ser que puede tener
diferentes interpretaciones. La cabeza grande es común en los dibujos de los más
pequeños. A partir de la etapa escolar se asocia con esfuerzo intelectual,
inmadurez, agresión, retardo mental, migraña o preocupación por el rendimiento
escolar. Parece, pues, que podría reflejar inquietud por algún aspecto acerca de
la adecuación y funcionamiento mental pero no es posible en base a esta prueba
determinar cual de ellos está implicado. |
Por una parte han sido
descritos como signo normal en los dibujos infantiles y por otra han sido
asociados con sentimientos de culpa, vaga percepción del mundo, inmadurez
emocional, egocentrismo, dependencia, vouyerismo. Es posible que la
interpretación de este indicador sólo pueda efectuarse en población adulta,
siendo más controvertida su explicación en niños. |
Se ha sostenido que la mirada
de reojo en el dibujo de la figura humana es un indicio de suspicacia y
tendencias paranoides. Su frecuencia de aparición aumenta con la edad (10, 11,
12 años) dándose tanto en población clínica como normal. Otras explicaciones
apuntan a timidez, temor al mundo exterior, pero también, habilidad para dibujar
(ver
figura 2). Se ha observado que los niños más inteligentes dibujan más a
menudo miradas de soslayo. El análisis de este indicador debe ser, pues,
interpretado en el contexto del dibujo total más que como rasgo independiente.
|
Se han asociado con dificultad
en el contacto, evasividad, sentimientos de culpa, necesidad de controlar la
agresión y rechazo a afrontar una situación (pasividad). Del estudio se
desprende que algunos niños ante la dificultad que supone dibujar una mano
preferían eludir la tarea ocultando las manos detrás de la figura, cubriéndolas
con otro objeto o colocándolas en los bolsillos. Tal conducta no puede ser
considerada patológica sino más bien revela un buen juicio. De todas formas, se
aconseja interpretar este indicador emocional en base a la presencia o no de
otros indicadores emocionales validados (sombreado, dientes...). |
La conclusión en el estudio de
Koppitz de este indicador no aporta ningún denominador común. Los historiales de
los niños que lo presentaron mostraban una gran variedad de problemas y síntomas
conductuales. También abarcaban niveles de edad, de C.I. y calificaciones de
rendimiento escolar muy variados. Parecería que el significado de la figura
cortada depende, por lo menos hasta cierto punto, de cuál parte de la figura ha
sido seccionada. Así, el corte de las piernas enteras parece reflejar
inseguridad, falta de base o de apoyo seguro. |
Por lo general se relaciona con
necesidad de apoyo, inseguridad o necesidad de un punto de referencia. Estas
hipótesis pueden ser ciertas pero, tal como apunta la autora, los niños pequeños
viven en un mundo de "grandes" y dominantes (en función de su edad y tamaño) y
es normal que necesiten apoyos. Las líneas de base se han encontrado en
diferentes edades tanto en niños como en adultos y no puede considerarse un
indicador clínicamente significativo de perturbación emocional. |
Han sido asociados con amor y
apoyo parental y con la existencia de una autoridad adulta controladora. Estas
dos actitudes parentales no son, por supuesto, mútuamente excluyentes. Más niños
bien adaptados que pacientes clínicos dibujaron soles en sus dibujos. |
Se han asociado con temor,
inseguridad, sentimientos de inadecuación, ansiedad, terquedad y negativismo.
Parece habitual el incremento regular de las líneas fragmentadas con el aumento
de la edad. Se podría argüir que los preadolescentes como grupo tienden a ser
inseguros y ansiosos, y que esto se refleja en el empleo de trazos interrumpidos
en sus dibujos. |